Por Eduardo Kragelund
Los demócratas lograron una gran
victoria sobre los republicanos al obtener un nuevo presupuesto y un mayor
endeudamiento sin hacer concesiones, pero dejaron expuesto a Estados Unidos a
una crisis más profunda que pone en tela de juicio su liderazgo como primera
potencia mundial.
Luego de dos semanas de tira y
afloje que hicieron crujir las instituciones y la paciencia de sus
compatriotas, los legisladores de ambos partidos acordaron esta semana un
presupuesto que sólo durará poco más de dos meses y autorizaron pagos de la
deuda por algo más de tres meses. En otras palabras, se trata de un alto el
fuego para pasar las fiestas navideñas, al cabo de las cuales los contendientes
volverán al ring a tratar de evitar una nueva paralización del Estado y una cesación
de pagos.